
Duerme ya solita en su habitación, pero ella tan pancha, yo lo he pasado peor, me había acostumbrado a tenerla cerquita y ahora, ya no me necesita por la noche.
Por si esto fuera poco, ayer ha empezado la guardería. Creía que iba a ser un día difícil, pero Berta siempre nos sorprende. Allí se quedaba jugando con un mordedor azul con forma de pie, feliz, sin saber que una nueva vida, para todos, comenzaba en ese preciso instante. Nos hemos marchado alegres pero vacíos, dejábamos allí a nuestra niña, en un mundo nuevo por descubrir.
Durante las tres horas siguentes, las miradas al reloj y al móvil eran contantes. Pero todo fue bien. Berta estaba feliz, con su profe y sus futuros amigos.
Cuando fuimos a recogerla estaba jugando con un jirafa blandita y al vernos " pasó" un poco de nosotros y seguió jugando. Ya es mayor. Esto lo confirma.
foto vía: pequerecetas.com